jueves, 22 de enero de 2015

"Ruido de fondo". Don DeLillo


"La gente cree que me paso la vida alucinada (...). Y lo cierto es que alimento una teoría alucinada acerca del temor humano. Imagínate, a ti mismo, Jack, un hombre tradicionalmente casero y sedentario, caminando a través de un espeso bosque. De pronto, distingues algo por el rabillo del ojo. Sin tiempo para pensar en nada más, adviertes de que se trata de algo enorme y que no encaja en tu marco habitual de referencia. Una imperfección en la imagen general del mundo. Uno de los dos sobráis en la escena. Por fin, la cosa entra de lleno en tu campo visual. Es un oso pardo enorme, de color castaño brillante, que avanza oscilando y derramando baba por sus colmillo descubiertos. Tú, Jack, jamás has visto a una bestia salvaje de ese tamaño. El espectáculo del oso te resulta tan electrizantemente ajeno que obtienes un sentido renovado de tu propia existencia, una nueva conciencia de tu propio ser... de tu propio ser emplazado en una situación única y terrorífica. Te contemplas a ti mismo bajo una perspectiva nueva e intensa. Te redescubres. Te encuentras asistiendo a la inminencia de tu propio descuartizamiento. La bestia, al encaramarse sobre las patas traseras, te ha permitido verte tal y como eres por primera vez, despegado de tu entorno familiar, solo, diferenciado, entero. El nombre que damos a este complicado proceso es miedo."