lunes, 9 de agosto de 2010

Trilogía de Deptford. Robertson Davies

We never sleep

“A comienzos del siglo VII, un monje irlandés llamado Gallus vino a este rincón del mundo a convertir a los montañeses en paganos. Creo que eran adoradores de los osos. Construyó su eremitorio en una cueva cercana a donde se encuentra hoy la ciudad, y allí predicó y se dedicó a la oración. Pero era un hombre de tal santidad, tan por encima de las meras consideraciones de este mundo, que necesitó a un siervo, a un amigo que le ayudará en la vida cotidiana. ¿Dónde podría encontrarlo? Bien, resultó que la cueva elegida por Gallus ya tenía otro habitante, un oso de gran envergadura. Y Gallus, que era sumamente terco, hizo un pacto con el oso. Si el oso le traía leña para el fuego, él daría pan al oso. Y así fue. Y este excelente pan de jengibre (…) hoy nos recuerda que si somos sabios de veras sabremos llegar a un acuerdo satisfactorio con el oso que vive en nosotros, porque de lo contrario moriríamos de hambre o tal vez acabaríamos muriendo en sus mismas garras. Al igual que todas las historias de santos, ésta tiene su moraleja. Y la moraleja es el regalo navideño que te hago, Davey, pobre canadiense mataosos, y a ti también Magnus, fraudulento encantador, y a ti, mi queridísima Liesl, aunque a ti no te hace falta: cuidad bien a vuestro oso, y vuestro oso os dará leña para el fuego.” Robertson Davies. Trilogía de Deptford. Mantícora