viernes, 22 de abril de 2011

Madera_Egurra

  
La madera es uno de los mejores materiales para trabajar. existen maderas blandas y maderas duras, y en todas descubres una belleza particular al trabajarlas. Cuando encuentro un trozo de pino recién cortado, el aroma que desprende me eleva a los cielos. Lo mismo ocurre incluso con las agujas de los pinos. Antes acostumbraba a mascar resina de pino ponderosa, que es la savia que supura del árbol y que se seca sobre la corteza. Si consigues un poco de resina fresca, parece jarabe. Se te pega a las manos y luego no hay manera de quitársela. Pero a veces se endurece como la miel vieja. Y puedes mascarla y el sabor de la resina es para volverse loco, en el buen sentido. 



El pino, al ser una madera blanda, resulta fácil de trabajar y de conseguir. Cuando era joven hacía muchas cosas con pino. Pero luego me enamoré del abeto Douglas, del veteado vertical del abeto de Douglas. Cuando barnizas un trozo de abeto de Douglas descubres una belleza de una hondura sencillamente fenomenal. Y cuando juntas dos trozos empiezas a ser consciente de las múltiples posibilidades que te ofercen. Y mientras lo haces vas aprendiendo algunos trucos. 

Además, estaba Günter, un carpintero alemán que nunca empleaba herramientas eléctricas. Simplemente se presentaba en casa con un juego de herramientas manuales metidas en una bonita caja de madera con un asa que llevaba siempre consigo. Y Günter -yo lo he visto hacerlo- trabajaba el abeto de Douglas con pequeños detalles. Juntaba dos maderas y luego frotaba la unión con sus pulgares viejos y maltratados, y la junta desaparecía. Semejaba un número de magia de tan perfecto como encajaban las maderas. Günter era todo un carpintero. 


David Lynch . Atrapa el pez dorado
 

lunes, 18 de abril de 2011

La habitación roja


Un día de verano estaba en un laboratorio de Los Ángeles llamado Consolidated Film Industries. Estábamos montando el piloto de "Twin Peaks" y habíamos concluido el trabajo del día. Serían las seis y media de la tarde y había salido fuera. Había varios coches en el aparcamiento. Apoyé las manos en el techo de uno de ellos y lo noté muy caliente, aunque no quemaba; era un calor agradable. Estaba apoyado así y, ¡chas!, apareció la Habitación Roja. Y el fondo, y luego parte del diálogo. 

De modo que tuve una idea, se me ocurrieron unos fragmentos. Y me enamoré de ellos. 

Así es como empieza. La idea te dice que construyas la Habitación Roja. De manera que reflexionas. "Un momento -dices-, las paredes son rojas pero no sólidas." Luego piensas un poco más. "Son cortinas. Y no son opacas, sino translúcidas." A continuación, pones las cortinas. "Pero el suelo... necesita algo." Y regresas a la idea y allí había algo en el suelo: todo estaba en la idea. Así que haces lo del suelo. Y comienzas a recordar mejor la idea. Pruebas algunas cosas y te equivocas, pero las arreglas, añades otras cosas y el final el conjunto produce la misma sensación que la idea original.

David Lynch. Atrapa el pez dorado

He visto tres veces Twin Peaks y las últimas dos, he sido incapaz de ver el último capítulo. Así todo, sigo soñando con él.