sábado, 27 de agosto de 2016

La duración y el yo. Henri Bergson

"En el momento que escribo estas líneas, suena la hora de un reloj vecino; pero mi oído, distraído, no lo percibe hasta que han sonado ya varias campanadas; por lo tanto no las he contado. Y, sin embargo, me basta un esfuerzo de atención retrospectivo para hacer la suma de las cuatro campanadas que ya han sonado, y añadirles las que oigo. Si entrando en mí mismo, me pregunto entonces cuidadosamente por lo que acaba de ocurrir, me doy cuenta de que los cuatro primeros sonidos habían alcanzado mi oído e incluso conmovido mi conciencia, pero que las sensaciones producidas por cada uno de ellos, en vez de yuxtaponerse, se habían fundido unos a otros, de tal modo que dotaban al conjunto de un aspecto propio, de tal modo que hacían de él una frase musical. Para evaluar retrospectivamente el número de campanadas, he tratado de reconstruir una frase mediante el pensamiento; mi imaginación ha hecho sonar una campanada, luego dos, luego tres y cuando ha llegado al número exacto de cuatro, la sensibilidad, consultada, ha respondido que el efecto total difería cualitativamente. Había comprobado, por tanto, a su manera la sucesión de las cuatro campanadas dadas, pero de forma muy distinta a la adición y sin hacer intervenir la imagen de una yuxtaposición de términos distintos. En pocas palabras, el número de campanadas ha sido percibido como cualidad, y no como cantidad; la duración se presenta así a la conciencia inmediata y conserva esta forma mientras no ceda el puesto a una representación simbólica, sacada de la extensión." (Memoria y vida. Textos escogidos por Gilles Deleuze. Henri Bergson)

No hay comentarios: